REFLEXIONES SOBRE AYOTZINAPA

Considero que la situación se ha venido agravando por la falta de certezas, por el afán de evadir responsabilidades, cuando hemos sido testigos de la torpeza con que se ha manejado todo. Apenas hoy, por darte un ejemplo, sale una alusión al caso de Ayotzinapa por parte de la Suprema Corte. Es inconcebible.

Sabemos que, en política, los vacíos no existen, se llenan, se ocupan por otras instancias y no siempre de la mejor manera.
En el caso que nos ocupa, las ausencias de certidumbre y de información confiable y certera, se han venido llenando con rumores, especulaciones, suposiciones, de buena y mala intención. Los alarmistas, desinformados y especuladores, con buenas, malas o sospechosas intenciones, han visto la oportunidad ideal para lanzar sus dardos ponzoñosos.
Afortunadamente también hay sensatos, equivocados o no, pero mesurados, que han estado analizando y proponiendo algunos enfoques.
Sin duda el gobierno ha sido incapaz. Este viaje de EPN, POR MUY IMPORTANTE QUE HAYA SIDO EN EL TERRENO DE LA ECONOMIA Y EL DESARROLLO, no podrá ver sus frutos anunciados si antes no hay un ambiente propicio para ello. En México no hay las condiciones, en este momento y con la situación en el estado en el que se encuentra, para favorecer esos propósitos.
Por otro lado, esa ausencia de EPN, si ya estaba de manifiesto con él aquí, se acrecenta y se agudiza aún más, y se le añade un elemento que flota en la percepción de todos, que al ejecutivo le importan mas los negocios que las vidas que están en juego. Es asunto de sensibilidad política, que tal vez la haya, pero muy por debajo de los intereses económicos y, eso, es muy grave y la sociedad lo percibe como desdén político.

Leí que Buscaglia decía que aproximadamente el 70 % de los municipios está en manos o coludido en alguna manera con el crimen organizado. Si partimos del hecho de que los municipios son la base de la gobernabilidad, estamos -a todas luces- en un estado de ingobernabilidad y no será, no podrá ser, que se recupere esa gobernabilidad perdida, a partir de la militarización del país o de la imposición de un gobierno policiaco.

Ha habido, como te comentaba, articulistas que han opinado y vertido sus opiniones y/o «soluciones», con externa ingenuidad, candidez o reflejo de sus propios intereses sectoriales, como Loret de Mola o Leon Krauze ( el hijo de Enrique), que pretenden pedirle a los criminales que se porten bien para que todo se arregle.
Pero, por fortuna, hay otros mas sensatos. Lo que veo es que hay análisis, estudios, estadísticas, relatoría de hechos, anécdotas, … pero no veo que nadie tenga siquiera un viso de solución.y, bueno, me dirás, con toda razón, que no les corresponde a ellos. Cierto, pero, como te decía, ante la inacción, torpeza, lentitud y falta de claridad y confianza del gobierno, creo que debemos hacer un ejercicio para encontrar posibles vías, que nos lleven a algo concreto.

Vemos que hay enardecimiento, marchas, pronunciamientos, demandas, pero, insisto en la necesidad de articular, de darle cauce a todo eso, a través de una coordinadora nacional, de lo contrario, la atomización, con su dosis de protagonismo, nos puede llevar a una disgregación que resulte en esfuerzos vanos, que se diluyan. (¿Podría ser este el punto de apoyo del que hablaba Arquímedes?)
Hay quienes no creen en una coordinadora, porque se corre el riesgo de que los protagonismos desvíen los buenos propósitos. Tal vez tengan razón, pero creo que es  un riesgo que bien vale la pena de correr. El CNH, DEL 68, CREO QUE FUNCIONÓ MUY BIEN, HASTA QUE fueron abatidos, es un decir, con el genocidio de Tlatelolco. Hoy las cosas son diferentes y no creo que el gobierno se vaya por ese tipo de » solución.

En fin, que no se ve solución, ni pronta ni efectiva. Pero, o se refundan las instituciones o nos refundimos todos, con el país.

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